jueves, 23 de septiembre de 2010

Familiares de presos mapuche ocupan la Cepal y la sede de la OIT

23 de Septiembre de 2010
Rechazan "nula disposición" del gobierno para resolver huelga de hambre

 Los representantes de los comuneros presos acusaron al Presidente Sebastián Piñera de estar "engañando y distrayendo a la opinión pública nacional e internacional con respecto a sus responsabilidades ante la grave situación" que enfrentan los ayunantes. La manifestación coincide con la intervención del jefe de Estado ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, donde se espera su pronunciamiento respecto a la situación de los pueblos originarios.

Un grupo de familiares de los 35 mapuches en huelga de hambre ocupó este jueves, de forma pacífica, las dependencias de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la comuna de Vitacura.
María Tralcal y Rodrigo Curipan, dos de los portavoces de los indígenas y que se encuentran en el interior de la sede de la OIT, aseguraron en un comunicado que la ocupación responde a la “nula voluntad del Ejecutivo para solucionar la problemática” de los comuneros, veinte de los cuales están en ayuno desde hace 74 días.
Alrededor de una docena de personas señalaron que se quedarían de manera “indefinida” en el organismo encvabezado por Juan Somavía, mientras que otro grupo que intentó ingresar a la Cepal, ubicada a pocas cuadras, fue retenido por personal de seguridad.
Los portavoces de los comuneros expresaron su “absoluto rechazo” a las acciones emprendidas por el Presidente Sebastián Piñera, quien “paradójicamente” -dijeron- se encuentra en Nueva York para participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Los mapuches acusaron al mandatario de estar “engañando y distrayendo a la opinión pública nacional e internacional con respecto a sus responsabilidades ante la grave situación que enfrentan los comuneros mapuche en ayuno, quienes han entrado en fase crítica arriesgando sus vidas de manera irreversible”.
Reiteraron el llamado a generar “una instancia de diálogo real” que de respuesta a las demandas de los huelguistas, que piden que no se les aplique la ley antiterrorista y no ser sometidos a un doble juicio ante tribunales civiles y militares.

Piñera insiste en que hay diálogo

Desde la sede de la ONU y antes de intervenir ante la Asamblea General del organismo internacional, Piñera reiteró su disposición al diálogo, el cual, subrayó, debe expresarse “con gestos por ambos lados”.
El jefe de Estado se refirió puntualmente a la decisión de los representantes de los huelgustas de marginarse de la mesa de diálogo que el Ejecutivo instaló para abordar en su generalidad el conflicto mapuche y la situación de los pueblos originarios, de manera paralela a las labores que como “facilitador” realiza el arzobispo de Concepción, Ricardo Ezzati.
De hecho, el mandatario aprovechó de pedir a la Iglesia Católica que no se margine de los esfuerzos para el acercamiento de las partes. “Nunca se resten de ninguna mesa de diálogo, ni de ningún camino”, expresó.
“Nuestro gobierno está siempre abierto al diálogo y tiene una capacidad de escucharlos a todos”, precisando que “hemos escuchado a los pueblos originarios, que son más de un millón de personas y por eso hemos elaborado este Plan de Reencuentro Histórico y este Plan Araucanía. Y también hemos escuchado a los comuneros”, expresó.
Asimismo, aseguró que “estamos desarrollando dos grandes planes para el pueblo mapuche y los pueblos originarios: el Reencuentro Histórico, que parte por el reconocimiento constitucional y por un verdadero compromiso con su cultura, su lengua, sus tradiciones, y que está en marcha. Pero también el Plan Araucanía, que es el plan más grande y más ambicioso que se haya hecho nunca en nuestro país, para recuperar el tiempo perdido, para recuperar también las oportunidades y posibilidades de desarrollo del pueblo mapuche. Y eso lo queremos hacer en diálogo con el pueblo mapuche”.
Finalmente afirmó que “el gobierno va a seguir dando pasos”, remarcando que “el diálogo tiene que ser con gestos por ambos lados. Y por eso, con mucha humildad y respeto, insisto que la violencia y las huelgas de hambre no son el camino que el país necesita”.

 El Mostrador

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